Oioioioiooooo cuánto tiempo sin escribiiirrr!!! Si es que no me da la vidaaaa…jajajjaja!!!
Pero no quería que pasara el momento «notas» y contaros cómo lo vivimos nosotros en casa, ahora que nuestros hijos son pequeños…
Os cuento… El año pasado, o sea, mis hijos estaban en segundo de infantil, el último día de clase, llegaron con las notas, ansiosos… La escena fue… Mamiiiii Papiiiii vamos a ver que notas nos han puesto!!! ¿ Y si son buenas nos podemos comprar algoooooo?…
Pues me quedé un momento bloqueada…en ese momento tenían cuatro años… Y ya estaban «pendientes» de las notas… Así que mi reacción fue…coger las notas y decirles que no se preocuparan, que miraría las notas el día antes de empezar de nuevo el cole… Como vi que se quedaban un poco confusos, les expliqué que no necesitaba leer unas calificaciones para saber cómo iban durante el curso, que para eso, estamos en contacto permanente con sus profesoras y estamos muy atentos, imagino que como todos los padres/madres, de lo que sucede a diario con ellos…sus evoluciones, sus retrasos, sus problemas y sus momentos de éxito…
Pues tan contentos, directos a jugar y a disfrutar de las vacaciones!!!
Entiendo que cuando pasen a primaria, no lo podremos hacer así… Pero me dio qué pensar… ¿De verdad son necesarias las calificaciones en niños tan pequeños? «Sin querer» estamos sometiendo a los críos cada vez, a edades más tempranas, a unas presiones a las que no deberían estar sometidos…
Yo quiero unos niños felices y revoltosos, y que su mayor preocupación sea jugar y negarse firmemente a comerse las acelgas… No preocupados por unas notas que los adultos nos empeñamos en poner…
Desde ese momento, no hemos vuelto a abrir las calificaciones delante de ellos…en casa, en este momento, carecen de importancia…Y nos ha ido de lujo… Así que, éste que es su último año de infantil, seguiremos haciendo lo mismo… El curso que viene…ya veremos…
Un abrazo enorme, os dejo que vamos a escribir la carta a los Reyes!!!